Hoy, en plena era de la agricultura de precisión, la poscosecha no es un paso menor, al contrario, es el nuevo frente donde se define la eficiencia del sistema productivo. Por ello, un equipo de especialistas del INTA Balcarce -Buenos Aires- brinda recomendaciones que promueven una mejor gestión.
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Ricardo Bartosik –especialista en postcosecha del INTA Balcarce– indicó que “la postcosecha es muy importante, ya que un problema en esta etapa puede echar por tierra el trabajo de toda una campaña. En un silobolsa, silo o celda de almacenamiento se concentra la producción de muchas hectáreas junto con el esfuerzo de trabajo y económico de muchísimos productores”. Y ejemplificó: “Una secadora mal regulada, un insecticida mal aplicado, una rotura en una bolsa mal sellada, una filtración en un silo, pueden afectar la calidad y la inocuidad del grano producido por muchos productores. Las pérdidas en la poscosecha pegan directo en los márgenes de toda la cadena. Es ahí donde se puede ganar mucho o perder todo”.
Por su parte, Diego De la Torre –especialista en poscosecha del INTA Balcarce– explicó: “Hay mucho por ganar con buenas prácticas, tecnologías simples y decisiones de gestión. Desde cuidar una bolsa bien sellada en el campo hasta automatizar la aireación en un silo o controlar una secadora con sensores. Todo suma”.
“Por eso, es clave preparar bien el terreno, usar maquinaria en buen estado, sellar con termoselladora, revisar periódicamente, controlar roedores y mantener fauna fuera con boyero eléctrico. Y lo más importante: monitorear. Medir dióxido de carbono es una herramienta sencilla que permite anticiparse a problemas antes de que se manifiesten como pérdidas”, aclaró Leandro Cardoso –especialista en poscosecha del INTA Balcarce–.
El silo bolsa: gran aliado en la poscosecha
“El silobolsa es una gran herramienta, pero como toda herramienta tiene sus limitaciones. No sirve para guardar grano húmedo por mucho tiempo. Si el grano entra seco y se mantiene la bolsa intacta, el sistema funciona perfecto. Pero si hay humedad o se rompe la bolsa, los problemas no tardan en aparecer”, destacó Cardoso.
Cardoso señaló: “Esto quiere decir que un solo error en el almacenamiento puede comprometer todo lo producido en muchos lotes y establecimientos. Una secadora con sensores de temperatura mal calibrados puede arruinar completamente la calidad de un trigo panadero. Una aplicación mal hecha de insecticida puede afectar la inocuidad (y comercialización) de cientos o miles de toneladas de girasol”.
Y agregó “la eficiencia y el cuidado en esta etapa son claves para todo el sistema agroindustrial. Conservar mejor el grano es una necesidad. La innovación en poscosecha ya no es un lujo: es una estrategia”.
El desafío de los acopios
Bartosik indicó que “en los acopios comerciales o cooperativos, las pérdidas también son grandes si no se gestiona bien. A veces, por no tener termometría o aireación automática, se sobreseca el grano, se pierde calidad o incluso se generan focos de calentamiento que, si no se detectan a tiempo, pueden terminar en pérdidas catastróficas”.
Hay tecnologías disponibles –como termometría, monitoreo de CO2 (CO2NTROL, desarrollado por INTA e IEA), y controladores de aireación– que evitan estos problemas. También hay sistemas para controlar la secadora y evitar pérdidas por sobresecado, como así también tecnologías —como el precalentado del grano— que permiten aumentar sensiblemente la eficiencia. Todo esto reduce pérdidas y mejora la eficiencia.
“Además de la tecnología, hace falta implementar buenas prácticas con registros, procedimientos y auditorías. Y, sobre todo, hace falta capacitar a la gente y cambiar la forma de gestionar esta etapa”, concluyó el especialista.
El cambio pendiente
Uno de los mayores obstáculos para que la poscosecha sea vista como una oportunidad estratégica —y no solo como un trámite posterior a la cosecha— no es tecnológico ni económico: es cultural.
“Para transformar la poscosecha en una verdadera ventaja competitiva necesitamos un doble cambio: por un lado, una gestión empresarial que asuma esta etapa como parte del negocio principal. Y por otro, una mentalidad que entienda que conservar bien el grano es tan importante como sembrarlo bien”, destacó Bartosik.
Fuente: INTA