El nuevo puerto de Santa Fe comenzará a construirse este año, sobre el curso principal del río Paraná, para abandonar su actual emplazamiento, en el macrocentro de esta capital, hacia el que se ingresa luego de sortear un canal de acceso, sometido constantemente a tareas de dragado.
Para ello, el gobierno santafecino llamó a licitación para la construcción del nuevo puerto, con la intención de adjudicarlo en el transcurso de este año, y el cálculo de que podría comenzar a funcionar en un lapso aproximado de tres años.
Según las autoridades provinciales, a cargo del proyecto y los estudios de prefactibilidad técnica y ambiental, la nueva terminal portuaria provincial demandará una inversión cercana a los 174 millones de dólares, de los cuales 40 millones de dólares serán aportados por la provincia.
El nuevo puerto provincial será de carácter público, y lo que se licita, además del proyecto y la ejecución de la obra, y por un lapso total de 33 años, es estrictamente la prestación del servicio a
cargo de un operador, para todos aquellos que lo requieran.
«Estimamos que las obras tendrían que finalizar en tres años. Eso es lo que técnicamente se estima como tiempo necesario para el proceso de construcción del puerto. Si el oferente consigue hacerlo
antes, tiene más años de ejecución, y si se demora serán menos, de los 33 que abarca la concesión», explicó el ministro de Economía, Íngel Sciara. El funcionario no dejó de recordar la «enorme complejidad» estructural e institucional de la obra, al señalar que «es un contrato de concesión de obra pública».
«Estamos concesionando la construcción del puerto -continuó el ministro Sciara-, su operación y mantenimiento. Con un agregado: el adjudicatario tiene que hacer el proyecto ejecutivo final.
Nosotros avanzamos en la propuesta de inversión hasta lo que se denomina anteproyecto. Fue la etapa más larga de todo este proceso, y la más conflictiva; que no nos tocó vivirla», destacó el
titular de la cartera de Economía.
El puerto de Santa Fe es la última escala de la hidrovía Paraná-Paraguay para los buques oceánicos, lo que lo convierte en un centro privilegiado de transferencia de cargas.
Fuente: La Nación