El nuevo gobierno arrancará con altas expectativas de lograr un mejor clima de negocios y atraer más inversiones. Sin embargo, muchos economistas coinciden en que nada será simple ni inmediato. Pero cuando esas inversiones finalmente lleguen, la prioridad estará en la infraestructura –la gran «asignatura pendiente»– indispensable para mejorar la competitividad de todos los sectores.
«El problema es que la Argentina dejó de ser competitiva. Se requieren inversiones que deriven en el crecimiento de las economías regionales y de las exportaciones. Y la primer palanca es la infraestructura. Puertos, trenes, autovías, pasos fronterizos, como el proyecto del túnel biocéanico. Son los que tienen un catch-up más grande para hacer», destacó Mariano Sánchez, socio de KPMG Argentina responsable de advisory.
De acuerdo a la consultora, para sostener un crecimiento económico del 5% anual, la Argentina debe tener como meta alcanzar el 25% de inversiones con relación a su PBI. Lo que representaría cerca de u$s 125.000 millones anuales, entre el sector público y privado. Se estima que unos u$s 50.000 millones deberían destinarse a equipamiento y máquinas; u$s 45.000 millones a infraestructura; y u$s 30.000 millones a inmuebles privados. La Argentina tuvo un porcentaje cercano a ese 25% en 2012.
Energía es el otro sector clave, donde el desafío es volver a ser autosuficientes, con eje en energías renovables como la eólica e hidráulica.
En términos nominales, la Argentina es uno de los países de la región latinoamericana que menos Inversión Extranjera Directa (IED) recibió en la última década como porcentaje de su Producto Bruto Interno (PBI), y la mayoría se concentró en el sector energético. En 2014, la inversión extranjera directa cayó un 41%, como consecuencia de la disminución de los precios internacionales de los metales y el petróleo y la desaceleración de la actividad económica en la región en general y en Brasil en particular. Si bien se espera que esta tendencia en 2016 se revierta, la baja podría alcanzar al 10 por ciento.
¿Alcanza simplemente con un cambio de Gobierno y una devaluación para recuperar esa inversión? «Es una medida de muy corto plazo, que si no se acompaña con un plan a largo plazo se agota rápido. Hay un marco regulatorio y jurídico que tiene que dar estabilidad», opinó Sánchez.
Según un informe de la consultora Abeceb, entre 2006 y 2014 las redes viales crecieron sólo 6%, mientras que el parque circulante lo hizo en más de 40%. «El 84% de la mercadería se transporta en camiones, que es un 75% más caro que el ferrocarril. Por su parte, el estado de las vías es malo y persiste un bajo nivel de electrificación de la red en el transporte urbano de pasajeros. En cuanto a los puertos, la baja inversión en mantenimiento y mejora de las vías navegables y los canales de acceso hace que hayan quedado desactualizados respecto a la tendencia mundial de barcos de gran tamaño», detalló la consultora en un informe, donde estimó que se requieren inversiones por $ 82.600 millones para la construcción, ampliación y mejora de 10.000 kilómetros de redes troncales que se deberá ejecutar en los próximos años para lograr la integración de los principales nodos productivos del país.
Fuente: www.cronista.com