Más de 10 millones de toneladas de insumos del agro, 15 millones de toneladas de ganado en pie y más de 150 millones de granos generan un movimiento anual que pone al agro como motor de la logística nacional.
El mercado del agro, visto en forma integral genera un gran volumen de negocios, medido en dólares, pero es claramente muy significativo en el área logístico, ya que mueve más de 10 millones de toneladas en insumos del agro y más de 170 millones en productos, tanto en granos como en cabezas de ganado.
Te puede interesar: Última milla: los drones como emperadores de la logística
Estos más de 400.000 camiones/equivalentes de insumos, además de volumen tienen una estacionalidad y un flujo de demanda muy particulares.
Llegar a destiempo de las necesidades del productor, del cultivo especifico hacen que el insumo pierda relevancia e impacten en el reconocimiento de los canales en el servicio al productor.
El valor de la Última Milla, gana importancia en un mercado donde además de las políticas económicas, el clima también juega un rol decisor en las necesidades, que en muchos casos son difíciles de pronosticar.
Mauro Sperperato.
La comercialización y distribución de insumos para el campo se realiza mediante una red de distribuidores que cubren toda el área agrícola, y que ejecutan la llamada logística de la última milla en agro.
Esta red de distribuidores está conformada por alrededor de 1800 empresas comerciales que tienen una red de sucursales desde donde comercializan, realizan asesoramiento técnico y dan servicio de logística a los productores agrícolas.
En los últimos años hemos visto un desarrollo de capacidad logística de los distribuidores, profesionalizando la logística e integrando servicios de almacenamiento y transporte.
Luis Mogni.
La famosa Última Milla, adquiere acá una relevancia mayor. Y sumemos a ello más de 5.6 millones de toneladas de fertilizantes y un volumen de semillas comercializadas de 600.000 toneladas.
Otro punto crucial en movimientos de tanto volumen es la capacidad de almacenamiento de los distintos niveles comerciales, sobre todo con productos que revisten el carácter de peligrosos y requieren de un almacenamiento especial con normas de seguridad muy específicas.
Por eso no todos los establecimientos agropecuarios, tienen la posibilidad de almacenar productos, servicio que han dejado en manos de las agronomías de cada localidad que vieron aumentar la necesidad de espacios de almacenamiento y de logística a campo en los últimos años.
Además del volumen, esta logística implica una coordinación especial con las empresas contratistas de servicios o con los equipos propios del productor.
Las semillas, los fertilizantes y los productos fitosanitarios tienen que estar en el lote en el momento de aplicación, o de siembra así que necesitan fuertes niveles de coordinación, con un gran número de actores involucrados
Mauro Sperperato.
La estimación de la demanda para cada campaña se ve afectada por una gran cantidad de variables como ser: el clima, precios internacionales, políticas gubernamentales locales, precios relativos de insumos, cuanto quedo en el canal de la campaña pasada, la capacidad de producción de activos de plantas globales, situación de la logística internacional, etc ,etc, etc. Eso además afecta la participación proporcional de cada cultivo cada año.
Luego se establece la demanda para uno de los insumos, la experiencia nos dice que cada campana es distinta a la anterior, hay años que sobra producto en todos lados y otras que falta, requiere mucho análisis prever como va a presentarse cada nueva campaña.
Por ello existe un trabajo muy trascendente en el supply chain de agro que es el análisis de la demanda y el planeamiento de insumos para la próxima campaña, ya que su abastecimiento requiere de meses de anticipación para llegar a tiempo al momento de la aplicación.
Creo que estamos en un momento de cambio de paradigmas en cuanto a los conceptos de planificación que se venían aplicando.
Luis Mogni.
Durante años trabajamos pensando en la eficiencia económica y logística bajo el concepto “Just in Time”, justo a tiempo donde los productos nos llegan en el momento más cercano al uso. Pero ahora en la post pandemia debido a las complicaciones de logística internacional, de geopolítica y de estrategia comercial, comenzamos a priorizar la “disponibilidad” de los insumos y entonces trabajar bajo el concepto “Just in Case”, o “por las dudas” donde generamos un stock de productos para hacer frente a las demoras o quiebres logísticos que puedan surgir.
Y en ese concepto, las dinámicas propias de los insumos, sobre todo en el área de los biológicos y semillas, nos plantean desafíos diferenciales. Los biológicos y las semillas tienen una vida útil marcada que impactan en la viabilidad de las mismas de una campaña a otra. Lo que determina las posibilidades de almacenamiento de largo plazo.
Mauro Sperperato
Una de las características de este mercado es que si bien el movimiento en toneladas es más de 350.000 toneladas de productos fitosanitarios, el tamaño más frecuente de cada entrega en la última milla no supera 1 a2 toneladas, lo cual representa un desafío de coordinar órdenes y lugares de entrega para tener una logística sustentable en cuanto a costos y servicios. Adicionalmente el volumen se reparte, ya que es muy habitual que los productores agrícolas retiren sus productos (entre el 40 y 50% de los productores realizan su última milla), lo que reduce aún más el volumen de pedidos para entregar a campo, por esta razón es muy importante la racionalización de operadores de última milla.
En este mercado es muy habitual que haya una escisión entre el momento de decisión de compra y el momento de entrega, en muchos casos el productor compra en lo que denominamos PRE CAMPAÑIA, o sea que cierra el negocio mucho antes de la necesidad de uso. Esto obliga al distribuidor a proporcionar un servicio de guarda de ese stock vendido no entregado y administrar entregas parciales en el momento del uso.
En este mercado poder tener una precisión de inventario aceptable es particularmente complejo debido a la convivencia de stocks iguales pero de distintos propietarios. Se administran stocks disponibles para la venta, stock vendido sin entregar, stock en consignación de las marcas, stock para aplicación en los campos propios, etc.
Te puede interesar: Rediseño del proceso de abastecimiento de stocks de materiales para la venta
Físicamente el stock generalmente está almacenado en varios depósitos, en distintas ciudades, todo esto requiere ser gestionado profesionalmente para lograr que la precisión de inventarios y manejo de trazabilidad de lote y vencimiento sea adecuado.
Pensando que la población mundial seguirá creciendo de los actuales casi 7 billones de almas muy probablemente a 10 millones en 2050, Argentina produce alimentos para 400 millones de personas, una demanda que sin duda crecerá, debemos seguir trabajando en infraestructura, tecnología y logística para tomar esa oportunidad.
Requerimientos del productor agrícola (*)
- El productor no quiere tener stock de insumos, a pesar de que más del 80% tienen depósitos y personal en el campo, por cuestiones de seguridad prefieren recibir o retirar el producto en el momento de uso o hasta 15 días antes.
- Conviven 2 preferencias casi con el mismo peso, el 53% desea que le entreguen el producto en el campo a la vez que hay un 43% prefiere retirarlo. Esto en tanto y cuanto se encuentren en una distancia no mayor a 30/40 km de su campo.
- Valoran la facilidad, si bien el porcentaje que actualmente compra por internet es irrelevante, el 45% le gustaría hacerlo si tuviera una plataforma fácil, amigable y que responda a sus necesidades.
- El 85% de los productores realiza la compra y requiere guarda de stock hasta su uso.
*Resultado de la encuesta realizada a 200 productores agrícolas de la zona núcleo en 2021.
Nota completa publicada en Revista Énfasis edición septiembre 2022. Ingresá aqui.