Por: Carlos Oropeza (*).
El comercio electrónico ha sido el principal irruptor en esta modalidad de entrega, junto con las mayores expectativas y exigencias del consumidor en cuanto a la rapidez y flexibilidad del servicio. Existen varios factores que están revolucionando la entrega a clientes finales:
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El modo de entrega: entregas el mismo día de la compra, entrega nocturna, mayor pulverización de pedidos, retornos sin penalización, puntos de entrega más accesibles
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La complejidad creciente de la circulación por las ciudades: tráfico, problemas de estacionamiento, regulaciones ambientales y de movilidad
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Nuevas tendencias del transporte: economías colaborativas, vehículos alternativos más pequeños y menos contaminantes
La presión de garantizar entregas expeditas a bajo costo demandan forzosamente innovar continuamente en todos estos factores. Los costos de distribución de última milla también son muy altos, llegando ser en algunos casos, inclusive hasta un 50% del costo total de transporte.
A diario vemos empresas de todos los giros sumarse a la estrategia omnicanal, en la que el comercio electrónico es un canal de venta que crece a doble dígito en todos los países. El diferenciador respecto al comercio convencional se encuentra precisamente en una cadena de suministro que reaccione ante los cambios inesperados de la demanda y tener la capacidad para entregar rápido, sin errores y a bajo costo.
Respecto al modo de entrega, las compañías están digitalizando la cadena de suministro mediante la estandarización de los procesos e incluyendo soluciones prácticas para resolver excepciones. Con dichos modelos de operación, las empresas han fortalecido sus capacidades de gestión, apoyándose en tecnologías que les permiten adaptar las operaciones a los cambios en la demanda de una manera rápida y con un enfoque en el cliente.
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La licitación (tendering) dinámica del transporte, junto con un correcto desarrollo de proveedores locales en las principales ciudades, les brinda la flexibilidad para realizar entregas expeditas, y para enfrentar picos de demanda o entregas fuera de horario comercial, por ejemplo, los fines de semana.
Hoy en día la cadena de suministro digital permite que en una misma ruta de entrega se haga recolección de retornos recién generados. Esto permite que el costo de última milla se mantenga intacto ante el creciente aumento de devoluciones sin costo para el cliente.
La agilidad que adquiere la cadena de suministro debe reflejarse en una comunicación bidireccional entre los sistemas. Los procesos de surtido de pedidos en los almacenes también deben adaptarse y lograr un mejor desempeño para cubrir el canal e-commerce y permitir la cancelación de pedidos de última hora.
Conforme avancemos en el tiempo será más común encontrar puntos de entrega tan novedosos como los lockers digitales, puntos de conveniencia abiertos 24 horas y hogares de personas retiradas actuando como centros de recolección y entrega.
La complejidad en las urbes implica innovar en los modos de transporte. Afortunadamente hoy en día es más común ver empresas que van arrancado (startups), haciendo pruebas en este rubro y trabajando para reinventar este proceso, cambiando las formas y usando tecnología como drones, vehículos eléctricos, robots y carros autónomos, entre otros. Todos ellos con la gran consigna de disminuir los costos elevados en que hoy en día incurren.
Las apps de oferta y demanda de transporte colaborativo no serán la excepción para el transporte de carga o mercancías en la última milla. Dentro de poco, será muy común ver pasar un paquete solicitado por Internet a través de varias manos de particulares, viajando en la cajuela de un auto particular y siendo entregada por un scooter en la última milla, con la misma calidad y puntualidad que una gran empresa de paquetería.
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Las economías colaborativas son excepcionales, porque permiten compartir y maximizar recursos ociosos que vemos a diario. No será de extrañar, que un paquete urgente, pernocte en una casa residencial cercana al punto de entrega final, en lugar de en un Hub fuera de la urbe, y sea entregado en bicicleta por un estudiante de universidad en sus ratos libres.
Las empresas, por todo esto, deben de saber adaptar sus procesos e infraestructuras a estas tendencias del mercado.
(*)Director de Proyectos de Miebach Consulting México.