Por: Eutivio Toledo (*)
En 1980 Peter Drucker publicó su libro La gestión en tiempos turbulentos (Harper & Row Publishers, Inc.). El mismo se reforzará en consideración acerca de cómo la gerencia, en su estándar institucional, podría ajustarse y definir un conjunto de acciones para no solo sobrevivir sino prevalecer, seguir adaptándose y preparándose para nuevas turbulencias. ¿Por qué? porque es el estado natural de las cosas.
La logística no escapa a ello, aquí detallo recomendaciones del libro y el planteo del desafío de poder ponerlas en práctica.
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“Todo tiempo difícil es peligroso, pero más peligroso es negar la realidad”
No es fácil para quien ocupa responsabilidades gerenciales el asimilar que ha venido incorrectamente. No es de extrañar que ello se haga patente, pues la buena fe y el uso de la experiencia y la formación, si bien son herramientas necesarias, no prevalecen sobre lo concreto que se verifica en la operación diaria. En el caso de la toma logística suprema relevancia. La cadena de suministro es inicio y fin del contacto de la organización con el mundo. Proveedores y clientes son los puntos de encuentro con la realidad. La gestión de compras, el almacenamiento y la distribución, no pueden ejecutarse sin comprender e integrar los datos registrados en los nuevos modelos de gestión.La tecnología de la información nos ayuda a capturar los mismos en tiempo real, pero no es sino el juicio sobre ellos y lo que refleja, lo que hace que la gestión logística accione cabalmente. Mientras más cerca se encuentre nuestra logística de la realidad, mejor se adaptará y por ende brindará un mejor nivel de servicio.
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“No mar clarividente, mar concienzudo”
Una tentación muy recurrente en tiempos de incertidumbre es tratar de adivinar el futuro. Los cualitativos de pronóstico son los elementos favoritos en momentos de turbulencia, pero lamentablemente son lentos y costosos y poco aportan. ¿Por qué? Pues los mismos son herramientas para mostrar una posibilidad con un grado de error amplio, tanto de subestimación como de sobreestimación. Si bien al momento de planificar una estrategia ante un nuevo evento son útiles, la realidad actual, y su vertiginosa velocidad, no le brindarán siquiera el beneficio de la duda. Lo trascendente es tomar plena conciencia del momento e ir derivando tácticamente. ¿Tenemos el control? ¿Con cuánto porcentaje de acierto?Y si no lo tenemos, ¿cómo lidiaremos para suavizar un impacto negativo en costos y operaciones? ¿solos?, ¿acompañados? ¿por quién? ¿cuándo? La logística se caracteriza por ser un proceso en flujo continuo y así se debe mantener.
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“Planifique cómo ubicar los costos y cómo controlarlos, de manera continua”
Calcular, calcular y volver a calcular. No existe otra forma de aproximarse a un modelo que se acople lo máximo posible a la realidad. La toma de conciencia debe ir acompañada con las consecuencias de las acciones tácticas. En logística, estos cálculos son medulares para poder ejecutar un modelo reproducible y confiable, que permita adaptarse de forma correcta a las exigencias de los momentos difíciles, tanto para crear valor al cliente (Nivel de servicio) como a la organización (Rentabilidad Operativa). Estos cálculos deben partir de la acción en captura de información y vertimiento de resultados de manera ágil y sobre todo muy flexible – nada debe ser un dogma – y oportuna. Muy a nuestro factor juega la circunstancia del gran desarrollo de la tecnología de la información y la comunicación. Pero su aprovechamiento tiene que ir de la mano del empoderamiento hacía quiénes capturan y/o transcriben los datos, ya que serán ellos quiénes garantizarán el registro correcto.
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“Un pequeño paso a la vez”
Otra característica de los momentos turbulentos es la ansiedad. La logística per se está cargada de adecuaciones y ajustes, pero no se puede estar cambiando a cada instante de rumbo o zigzaguearlo durante momentos difíciles. El proceso logístico necesita mantener su flujo lo más estable posible, a la velocidad de avance que los hechos permitan. Cada adecuación o corrección debe ser registrada y analizada, según el modelo escogido de aplicación. De esta forma se va gerenciando el cúmulo de datos que servirán para ir avanzando y creando la historia de adaptación en la turbulencia.
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“Enfóquese en la productividad y concéntrese en el resultado”
El mayor reto de la organización, como un todo, en un ambiente de turbulencia, es no descuidar el buen desempeño, que representa la productividad. No se verifica una rentabilidad operativa adecuada ni resiliencia financiera, sin mantener consistentemente este indicador clave. En el caso de la logística, la misma debe ser mantenida e incrementada en cada uno de sus procesos. Desde la relación con los proveedores hasta la entrega del producto/servicio al cliente. En este sentido la medición se ha de realizar en unidades de flujo, es decir, en productos/servicios entregados por unidad de tiempo. ¿Ventaja? La variable tiempo, clave en momentos de turbulencia, ya se encontraría implícita en un indicador.
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“Cree una cultura de innovación”
Siempre la innovación será una herramienta indispensable para hacer frente a tiempos turbulentos. Pero la misma no puede ser implementada como un programa de salvamento o una campaña de buenos deseos. Es un proceso que debe permear a toda la organización. La logística como elemento clave en tiempos de dificultades, se ha convertido en el campo ideal para innovar. ¿Por qué? La inversión es mínima y los resultados se pueden contabilizar casi inmediatamente. Este pasado reciente – singular forma de llamarlo – ha mostrado que la vanguardia innovadora de las aplicaciones en tecnología de la información y la comunicación, se ubican en el área logística y en la gestión de la cadena de suministro.
Los desafíos y desafíos están planteados, los logísticos tenemos la gran ocasión para desarrollar e implementar nuevos modelos, que responden a la realidad de nuestros recursos, de nuestras capacidades y de nuestras competencias. Un modelo ágil y flexible, pero con bases sólidas de aplicación. Desconocemos el tiempo de duración de esta turbulencia, pero luce que no será corto… Vivere et discere …
(*) Gerente General de Ingeniería Logística ILETSA.