La electromovilidad representa una gran oportunidad para los países de América Latina. Un vehículo eléctrico, mientras está en movimiento, no produce emisiones de gases ni partículas, lo que impacta directamente en mejorar la calidad de aire en las ciudades. Entrevistamos a David Ramos Rivera, Solution Design Engineer at Ground en Ceva Logistics (Chile), quien nos contó acerca de las diversas estrategias que se están llevando a cabo en la región y cuáles son los objetivos a futuro.
¿Qué estrategias de electromovilidad se están viendo en América Latina?
Primero podría comentar la meta que tienen todos los países de la región, que es llegar a 2050 con alcanzar la neutralidad cero en emisiones de carbono. Esto conlleva varios desafíos para todos los países: infraestructura, financiamiento y legislación, por nombrar algunos.
A nivel local, en Chile se tiene ya establecido una meta clara, que es que todas las empresas de transporte que apoyan la logística deben tener al 2035 un 100% de su flota eléctrica.
La electromovilidad representa una gran oportunidad para los países de América Latina, ya que nuestra energía proviene de fuentes significativamente menos contaminantes que en algunos países desarrollados.
Es por esto que se ve con muy buenos ojos el desarrollo de dicha tecnología, legislación sobre la explotación del litio y materia prima para el desarrollo de las baterías. Otro tema es la legislación referente a la homologación de vehículos. Prácticamente el 100% son fabricados en países asiáticos y que son importados por América latina para luego distribuirlos a nivel local y regional. Es importante preparar la infraestructura a nivel países de construcción de electrolineras o adaptación de las ya existentes (instalar puntos de carga eléctrica en bencineras o bombas de gasolina de la red existente).
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¿Cómo se aplica la electromovilidad en la cadena de suministro?
La electromovilidad ya está presente en la logística, tanto en las empresas de transporte que apoyan empresas de retail y consumo masivo, como en el transporte público y en el transporte personal/individual.
Ya existen varias electrolineras asociadas a puntos de carga de combustible, en estacionamientos públicos, en malls e hipermercados. Hasta las mismas empresas de logística y centros de distribución están adaptando cargadores dentro de sus instalaciones para suplir estas necesidades.
Cabe destacar el apoyo del gobierno referente a la financiación. Por ejemplo, en el caso de Chile, algunas municipalidades tienen costo $0 del permiso de circulación los primeros dos años de funcionamiento u operación del vehículo eléctrico, lo que permite ahorros en costos.
Todas las concesionarias del país tienen sistema de leasing operativo, lo que permite a transportistas pequeños acceder a vehículos eléctricos en arriendo o compra venta, al cual pueden acceder con tasas bajas de financiamiento. Esto permite tener una amplia red de vehículos del parque automotriz en la calle prestando servicios a diferentes clientes u operadores.
¿Qué beneficios trae la electromovilidad?
Hemos visto gran evolución en la adaptación de la electromovilidad, tanto en el área emisión de CO2 y emisiones de ruido. Las empresas productoras y distribuidoras tienen beneficios fiscales por menor emisión de CO2 durante el tiempo de uso de los vehículos registrados a su nombre.
Un vehículo eléctrico es cero emisiones, es decir, mientras está en movimiento no produce emisiones de gases ni partículas, lo que impacta directamente en mejorar la calidad de aire en las ciudades pues se disminuye la contaminación. En Chile, 12 ciudades han sido declaradas como zonas saturadas en material particulado, siendo el sector transporte una de las principales preocupaciones para las autoridades. Mejorando la calidad del aire, se generan beneficios directos en salud y enfermedades respiratorias, principalmente en la población infanto-juvenil y en adultos mayores.
El 98% de la energía que consume el sector transporte corresponde a petróleo y sus derivados. Por lo tanto, electrificar el parque vehicular de Chile significará diversificar la matriz energética en este sector y hacerla menos dependiente de los combustibles fósiles. Chile ya inició el camino de la diversificación energética en el sector de generación eléctrica, donde las energías renovables vienen desplazando las centrales termoeléctricas convencionales y donde se espera que al 2050 la participación de la generación con energías renovables supere el 70% de la matriz.
Si lo anterior se cumple, y si se lograse además la meta al 2050 de tener un 40% de vehículos eléctricos livianos, se estima que se evitarían 11 millones de toneladas de CO2 al año. Esto equivale a reducir el gasto en energéticos del país en más de USD$ 3.300 millones anuales. Este gasto puede reinvertirse directamente en, por ejemplo, capital humano para la electromovilidad y, a su vez, en investigación y desarrollo.
¿Cómo es el caso particular de Chile?
La estrategia nacional de electromovilidad en Chile involucra transporte público, vehículos livianos y medianos, transporte terrestre de carga de acceso público y buses interurbanos y maquinaria (minería, agricultura, forestal y construcción). El objetivo es que, para el año 2035 en adelante, todos estos sectores deben estar cubiertos en un 100%, tanto en ventas, nuevas incorporaciones de marcas en el mercado, infraestructura y desarrollo de capital humano.
La electromovilidad en la logística llegó para quedarse. La logística no para y evoluciona día a día, y este punto importante no podía quedase atrás. Tecnología para bodegas tanto en seguridad (CCTV) y control de inventarios (WMS), trazabilidad en ruta, información y estadísticas diarias de rutas y movimientos como los (TMS), están a la vanguardia de cualquier sistema tecnológico y de información en cualquier empresa o rubro.
Pero la logística debe adaptarse hacia el cumplimiento de los compromisos medioambientales internacionales. Tanto el transporte eficiente como la electromovilidad se presentan como un pilar fundamental para disminuir los impactos locales por emisiones y aportar hacia una matriz energética más limpia y renovable.
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¿Qué esfuerzos debería hacer el gobierno para acelerar la transición hacia la electromovilidad?
Los gobiernos de LATAM ya crearon una estrategia por país, un camino que deben seguir cada uno dado por la legislación interna, además de los diferentes TLCs que logre conseguir con países de Medio Oriente y Europa para el intercambio de dicha tecnología.
Algo muy importante en lo que se está trabajando localmente en Chile es en la legislación por la explotación de materia prima, requerida para fabricación de baterías y demás equipamiento que necesiten los vehículos.
Sumando hitos importantes para el caso local, se puede ver en la estrategia de electromovilidad del gobierno que en 2040 la meta es llegar a tener el 100% del parque vehicular de transporte público eléctrico. La infraestructura local también avanza a pasos agigantados. El año pasado las electrolineras aumentaron un 400% sus servicios y disponibilidad. En cuanto a la flota vehicular personal/propia, aumentó un 200%, preparando este camino y cimentando con fuerza todos los retos y avances que genera la electromovilidad a nivel mundial.