La ecuación de la IA: equilibrando innovación

Imaginemos un mundo donde la tecnología y los humanos trabajan mano a mano, cada uno amplificando las fortalezas del otro. Eso no es un sueño lejano, sino una realidad que la Inteligencia Artificial (IA) está materializando día a día.

 |   18 de octubre del 2023
La ecuación de la IA: equilibrando innovación

Por: Juan Pablo Buriticá (*)

La IA viene en muchas formas, cada una con sus capacidades únicas. Hay motores de recomendación como los que utilizan Netflix y Spotify, que aprenden de tu comportamiento para sugerir contenido adaptado a tus gustos. Hay chatbots impulsados por IA manejan consultas de clientes las 24 horas del día, proporcionando respuestas instantáneas y liberando a los agentes humanos para manejar problemas más complejos. Y luego están los Modelos Avanzados de Aprendizaje de Lenguaje (LLM) como ChatGPT, que pueden “entender” y generar texto similar al humano, abriendo nuevas posibilidades para la interacción y la automatización.

Esta no es la primera vez que las empresas han tenido que adaptarse a una revolución tecnológica. ¿Recuerdas cuando los PCs entraron por primera vez en el lugar de trabajo? ¿O cuando Internet se convirtió en una necesidad empresarial? Esos cambios fueron transformadores, pero no ocurrieron de la noche a la mañana. Requirieron que las empresas aprendieran, se adaptaran e integraran estas nuevas herramientas en sus operaciones.

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Estamos al borde de otra revolución, a medida que las herramientas de IA se vuelven cada vez más sofisticadas y accesibles. Pero esta vez, el ritmo del cambio probablemente será mucho más rápido. Al igual que las empresas tuvieron que aprender a navegar en el mundo digital, tendrán que aprender a navegar en el mundo de la IA. Pero aquellos que abracen este cambio encontrarán que la IA no nos reemplaza; nos mejora, abriendo nuevas posibilidades para la innovación y el crecimiento.

El Impacto positivo de la IA en las empresas

Pensemos en la IA como un asistente súper eficiente que aumenta nuestras capacidades. Como tener un compañero incansable que puede procesar números y gestionar datos, liberandonos para hacer lo que mejor hacemos: ser creativos y estratégicos. Por ejemplo, la  IA podría ser utilizada en la atención médica, ayudando a los médicos a analizar imágenes diagnósticas más rápidamente, con mejores resultados en segundo plano, mientras los médicos se enfocan la atención al paciente.

La IA también es una herramienta poderosa para dar sentido a las vastas cantidades de datos con las que tratan las empresas. Es el secreto detrás de las listas de reproducción personalizadas de Spotify, que se basan en patrones y tendencias de la música que consumimos. Y en cuanto al servicio al cliente, la IA puede proporcionar experiencias personalizadas que hacen que los clientes se sientan valorados, como los chatbots que manejan consultas tediosas, permitiendo a los agentes humanos abordar problemas más complejos.

La Cambiante Dinámica para Equipos y Trabajadores: Oportunidades y Desafíos

Con la IA encargándose de las tareas rutinarias, los trabajadores podemos   concentrarnos en las partes más emocionantes y creativas de nuestros trabajos. Es como tener un aprendiz digital que aprende de nosotros y nos ayuda a ser más eficaces. Pero esto también significa que debemos seguir aprendiendo y adaptándonos para aprovechar al máximo estas herramientas de IA. Por ejemplo, la IA puede ayudar a los periodistas a filtrar grandes cantidades de datos para encontrar historias, pero aún así deben ser los periodistas quienes escriben las historias y las hacen atractivas para sus lectores.

Por otro lado, la integración de la IA también presenta desafíos. Debemos asegurarnos de que los sistemas de IA sean justos y no perpetúen sesgos. Por ejemplo, un sistema de IA entrenado en datos sesgados introducirá prejuicios en las decisiones de contratación. Por lo tanto, utilizar datos diversos y representativos al entrenar los sistemas de IA es crucia, y aún pero insuficiente. Las decisiones con impacto humano considerable deben continuar siendo tomadas por humanos.

Y mientras la IA puede automatizar algunos roles, también crea nuevos que requieren diferentes habilidades. Por ejemplo, a medida que la IA se encarga del procesamiento de datos, hay una creciente necesidad de roles que involucren interpretar y aplicar estos datos. Este cambio podría llevar a una nueva categoría de trabajos que mezclen habilidades técnicas con áreas como la comunicación y la gestión de proyectos.

Una economía en funcionamiento requiere consumidores después de todo, y una carrera por automatizar a los humanos fuera de la fuerza laboral no beneficia a nadie a largo plazo.

Liderazgo y el futuro de la IA en los negocios: navegando la revolución

Los líderes jugamos un papel crucial en guiar a nuestros equipos a través de la revolución de la IA. Debemos fomentar una cultura de aprendizaje y adaptación y asegurarnos de que la IA se utilice de manera responsable y ética. Líderes como Satya Nadella, CEO de Microsoft, han enfatizado la importancia de construir una IA que aumente las capacidades humanas, reflejando un enfoque responsable y centrado en el ser humano hacia la tecnología.

A medida que la IA evoluciona, las empresas deben estar listas para aprender y adaptarse. Es un viaje emocionante, con humanos e IA aprendiendo el uno del otro y trabajando juntos para crear valor. Los líderes deben dirigir este viaje, estableciendo una visión clara de cómo la IA puede mejorar el negocio y asegurando que sus equipos estén equipados para navegar este nuevo panorama.

El futuro de la IA en los negocios se trata de una asociación más profunda entre la IA y la inteligencia humana. Esta asociación requerirá un equilibrio donde la IA mejore las capacidades humanas sin eclipsarlas. También requerirá un enfoque reflexivo para integrar el trabajo de la IA y el humano, asegurando que cada uno complemente las fortalezas del otro.

Punto de Vista Contrario: Limitaciones de la IA y Dilemas Éticos

Estamos en un momento en el que el fanatismo IA ahoga el contenido útil sobre sus fortalezas y limitaciones. Acercarsnos a este nuevo mundo requiere que veamos más allá del ruido y adoptemos un enfoque riguroso para sus aplicaciones. ¿Recuerdas la era de los chatbots hace unos años? Las promesas de revolucionar el servicio al cliente nunca se materializaron por completo. Es un patrón que hemos visto con otras tecnologías, como la Realidad Virtual y el blockchain: grandes promesas, pero la realidad a menudo queda corta. Soluciones que aún buscan problemas a resolver.

La IA es poderosa, pero no es una panacea. No puede reemplazar el toque humano: nuestra intuición, creatividad y empatía. Y si confiamos demasiado en la IA sin entender sus limitaciones, podríamos terminar en una situación complicada. Debemos encontrarr el equilibrio adecuado, donde la IA mejore las capacidades humanas sin eclipsarlas.

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Los dilemas éticos también son significativos. A medida que los sistemas de IA se vuelven más complejos e influyentes, las preguntas sobre la justicia, la transparencia y la responsabilidad se vuelven cada vez más importantes. Los próximos años serán extraños y probablemente nos sorprenderán con resultados inesperados. A medida que navegamos por este paisaje, debemos asegurarnos de que los avances en la IA nos muevan colectivamente hacia adelante en lugar de separarnos.

En un mundo inundado de exageraciones y grandes promesas, el verdadero potencial de la Inteligencia Artificial (IA) no reside en reemplazar a los humanos, sino en potenciar nuestras habilidades, fomentar la creatividad e impulsar la innovación. Al encontrarnos al borde de una revolución tecnológica, los líderes empresariales debemos enfrentarnos al desafío, mirando más allá de los titulares y las palabras de moda para entender lo que la IA realmente ofrece.

El camino que tenemos por delante no se trata de que las máquinas tomen el control, sino de forjar una nueva asociación en la que la IA sirva como aliado digital, amplificando las fortalezas humanas. Se trata de reconocer que la combinación de la intuición, empatía y creatividad humanas con la eficiencia y destreza analítica de la IA puede crear una sinergia que trasciende lo que cualquiera puede lograr por sí solo.

Debemos fomentar una cultura de aprendizaje y adaptación continua, guiando nuestros equipos a través de esta transformación. Asegurandonos de que la IA se integre de manera reflexiva y ética, manteniendo el bienestar y el desarrollo de la fuerza laboral en primer plano. El objetivo no es crear un futuro donde los computadores nos eclipsen, sino un futuro más brillante donde nos asistan, donde la tecnología eleve el potencial humano en lugar de opacarlo.

Esta es una llamada a la acción para que abracemos las verdaderas oportunidades que presenta la IA de manera responsable. Es hora de ir más allá de la exageración, involucrarnos con las verdaderas capacidades de estas herramientas y liderar con visión y responsabilidad. El futuro no es algo que nos sucede; es algo que creamos. Y en este futuro, la IA no es una amenaza, sino una herramienta, un socio en la construcción de un mundo más innovador, eficiente y centrado en el ser humano.

(*)Líder experimentado en ingeniería de software.

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Marizú Olivera Orquera

Lic en Comunicación Social, redactora y periodista. Encargada editorial en Énfasis Logística 2021.

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