Por: Yves Bonzon (*)
Como resultado, algunas clases de activos superan a otras, y el liderazgo del mercado tiende a cambiar de una década a otra. Aunque esta suposición básica sigue siendo válida, debemos reconocer que estos periodos de dominancia pueden ser más largos o más cortos que exactamente diez años.
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En su más reciente publicación, Perspectivas a largo plazo: tendencias económicas y de inversión que definen la década actual, Julius Baer menciona las principales tendencias macroeconómicas:
- Multipolaridad y relocalización estratégica: Como lo evidencian las actuales guerras en Ucrania y el Medio Oriente, las rivalidades geopolíticas han regresado con fuerza en los últimos años, extendiéndose mucho más allá de un enfrentamiento estratégico entre Estados Unidos y China. El nuevo panorama geopolítico es complejo y frágil, ya que los países tienden a desviarse oportunamente de alianzas aparentemente sólidas motivadas por intereses nacionales. Con el dividendo de paz agotado, esperamos que continúen las iniciativas de relocalización estratégica centradas en suministros críticos.
- Políticas industriales y fiscales activas: Potenciadas por la pandemia de Covid-19, las políticas fiscales han tomado protagonismo en la gestión de los ciclos económicos. Las políticas industriales y fiscales activas son elementos centrales del capitalismo patrocinado por el Estado, la nueva era en la que hemos ingresado después de 40 años de ortodoxia neoliberal. El apetito por el activismo fiscal se intensifica cuando las colisiones geopolíticas se convierten en la norma en lugar de la excepción.
- Normalización de las tasas de interés: Frente a la inflación por primera vez en décadas, los bancos centrales occidentales han elevado las tasas de interés fuera del ámbito de la represión financiera y también han comenzado a reducir sus balances. La rapidez con la que las tasas de interés han vuelto a un territorio más normal sin causar grandes daños colaterales es testimonio de la resistencia de los sectores privados en las economías occidentales. Fundamentalmente, si bien el retorno del costo del dinero es doloroso a corto plazo, es una bendición a mediano plazo.
- Superciclo de innovación: El ritmo de la innovación se ha acelerado en las últimas décadas y se espera que continúe así en el futuro. La combinación de un crecimiento exponencial en la potencia informática a costos decrecientes y la proliferación de grandes datos proporciona un terreno fértil para sistemas de inteligencia artificial generativos cada vez más potentes. Como resultado de la convergencia de varias tecnologías disruptivas, esperamos ver avances profundos en múltiples industrias que remodelarán la forma en que vivimos y trabajamos.
- Recesión en el balance de China: La recuperación económica de China tras la reapertura posterior a la pandemia ha sido breve, y el reciente alivio de la política no ha logrado revivir la confianza. Con el sector privado altamente endeudado enfocado en acumular efectivo en lugar de gastar o invertir, es muy probable que China haya ingresado en una recesión en su balance. Además, los desarrollos demográficos y económicos adversos representan vientos en contra estructurales adicionales, reforzando nuestra visión cautelosa sobre los mercados de capitales chinos.
También, la publicación nombra los principales factores de riesgo que desempeñan un papel en las carteras de los inversionistas:
- Riesgo climático: Los riesgos físicos del cambio climático son cada vez más evidentes día a día. Desde el aumento del nivel del mar hasta la desertificación, las consecuencias son significativas, incluida la destrucción de activos productivos, migraciones forzadas y una desaceleración en el crecimiento económico.
- Riesgo cibernético: En un mundo cada vez más digitalizado y conectado, la cibercriminalidad y el ransomware probablemente sigan representando una amenaza creciente para empresas, individuos, gobiernos y la economía en general.
- Riesgo geopolítico: Como lo evidencian las actuales guerras en Ucrania y el Medio Oriente, las rivalidades geopolíticas han regresado con fuerza en los últimos años, extendiéndose mucho más allá de un enfrentamiento estratégico entre Estados Unidos y China. El nuevo panorama geopolítico es complejo y frágil, ya que los países tienden a desviarse oportunamente de alianzas aparentemente sólidas motivadas por intereses nacionales.
- Riesgo de infraestructura: El riesgo de infraestructura se encuentra en la intersección entre el cambio climático y el riesgo cibernético. Esto lleva a los gobiernos a acelerar sus esfuerzos contra esas amenazas y a impulsar a los proyectos de infraestructura a aumentar su resistencia a las mismas.
- Riesgo sistémico latente: Los indicadores clave de riesgo sistémico deben ser monitoreados continuamente para evaluar si existen problemas sistémicos, es decir, aquellos que amenazan la estabilidad de los sistemas económicos y financieros, representando una amenaza para el ciclo económico y la perspectiva general.
(*) Group Chief Investment Officer, Julius Baer
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