La historia del ferrocarril

El Museo Nacional del Ferrocarril ubicado en York, Inglaterra, alberga una pieza fundamental de la historia del ferrocarril, “The Rocket”.

 |   10 de septiembre del 2024
La historia del ferrocarril

Por: Federico Manjón. (*)

Para muchos, el primer ferrocarril del mundo. Sin embargo, en éste artículo detallo algunos casos previos que fueron facilitadores para lograr, finalmente, contar con el sistema ferroviario como modo de transporte.

La definición puntual del modo de transporte ferroviario, hace mención a un sistema de transporte de personas y mercancías guiado por un conductor sobre vía férrea; y también a los últimos desarrollos en levitación magnética.

Este tipo de transporte presenta desde sus inicios múltiples ventajas en materia de sustentabilidad y sostenibilidad, que son claves en el consumo de combustible por tonelada/kilómetro. Como así también a su velocidad, capacidad de carga y desplazamiento masivo de materias primas, productos semi-elaborados o industrializados en su totalidad.

Como contrapartida, desde el inicio de su actividad, el modo de transporte ferroviario, como hasta la actualidad, la falta de desarrollo de líneas férreas, frecuencia e incidentes suelen ser un dolor de cabeza, en cualquier lugar del mundo donde se presenten.

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Durante el siglo VI a.c, en la Antigua Grecia, se conoce que llegaron las primeras novedades sobre el desarrollo e implementación de ferrocarril. Se trataba de un tramo de tres kilómetros que seguía el camino Diolkos, utilizado para transportar botes, empujados por esclavos sobre guías en piedras. Se conoce que ésta línea se mantuvo por al menos 600 años en operación.

Allá por 1350, aparece el transporte sobre carriles en Europa; y es en el año 1.500 (período de transición entre la Baja Edad Media, el Renacimiento temprano y la Edad Moderna), donde se inicia el uso generalizado del mismo en la actividad de las minas europeas. Desde el interior de las minas la carga comenzaba su recorrido en ferrocarril para luego ser trasladada a un medio de transporte marítimo o carros  que daban continuidad a los recorridos.

Con el paso de los años y debido a una necesaria y lógica evolución, se conoce que en 1810  aparece el primer tranvía permanente, Leiper Railroad en Pensilvania (USA).

La evolución del transporte ferroviario a partir del siglo XVIII marcó un hito en la historia de la humanidad, transformando la manera en que las personas y las mercancías se desplazaban. Antes de ese tiempo, los sistemas de transporte se limitaban principalmente a carros tirados por animales sobre caminos de tierra. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XVIII, comenzaron a surgir innovaciones significativas en el Reino Unido que sentarán las bases del transporte moderno.

En 1790, se instalaron los primeros carriles de acero, un avance crucial que reemplazó los primitivos carriles de madera utilizados hasta entonces. Para 1803, en el sur de Londres, la línea Surrey Iron Railway se convirtió en el primer ferrocarril público tirado por caballos, marcando un cambio radical en la forma de transporte.

El verdadero cambio se produjo con la llegada del motor de vapor. La idea de utilizar la energía de vapor para mover trenes a lo largo de estas líneas férreas se materializó en 1804, cuando Richard Trevithick diseñó la primera locomotora de vapor capaz de arrastrar cargas significativas. Sin embargo, no fue hasta la construcción de la locomotora «Salamanca» en 1812, utilizada en la línea entre Middleton y Leeds, que el concepto comenzó a ganar fuerza.

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George Stephenson, conocido como el «Padre del Ferrocarril», revolucionó el transporte ferroviario con la creación de la locomotora «Locomotion» en 1825, la cual operaba en el noreste de Inglaterra. Su diseño más famoso, «The Rocket», presentado en 1829, ganó la competencia de Rainhill Trials y estableció un nuevo estándar en la ingeniería ferroviaria. El éxito de Stephenson permitió que su tecnología se expandiera rápidamente por Europa y Estados Unidos, marcando el inicio de la era del ferrocarril.

Dando un salto en el tiempo, la historia del ferrocarril continuó evolucionando. En 1939, Italia inauguró el ElettroTreno ETR 200, uno de los primeros trenes de alta velocidad, capaz de alcanzar los 204 km/h en las cercanías de Milán. Este hito fue seguido por el desarrollo del Shinkansen en Japón en 1964, que estableció un nuevo estándar en el transporte ferroviario. Esta tecnología luego se replicó en Francia, España, Alemania y China, consolidando el tren de alta velocidad como un símbolo de progreso.

En Argentina, el ferrocarril tuvo sus comienzos en 1857, con la inauguración del primer tramo que partía desde el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Este suceso marcó el inicio de una nueva era en el país, donde el ferrocarril se convirtió en un motor de desarrollo económico y social. Hoy, la historia del ferrocarril sigue evolucionando, y su papel en el transporte global continúa siendo fundamental para el crecimiento y la integración de las naciones.

(*)Ingeniero, especialista en Logística Integrada.

Nota completa publicada en  Revista Énfasis   edición septiembre 2023.

 

 

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Marizú Olivera Orquera

Lic en Comunicación Social, redactora y periodista. Encargada editorial en Énfasis Logística 2021.

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