«La profesionalización del sector no le cuesta un centavo al Estado. Es el sector privado quien asume la totalidad de los costos», afirmó con firmeza Roberto Guarnieri, Presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC).
Roberto Guarnieri.
En el contexto de la reciente discusión sobre la Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional (LINTI), sus palabras reflejan la preocupación de un sector que invierte constantemente en la capacitación de conductores profesionales, un pilar fundamental para la seguridad vial en la Argentina.
Desde su creación, la LINTI estableció requisitos claros para quienes desean operar en el transporte interjurisdiccional de cargas, cargas peligrosas y pasajeros. Lejos de ser un simple trámite burocrático, este sistema es una herramienta vital para garantizar que los conductores estén debidamente capacitados y, por ende, contribuyan a la seguridad en las rutas.
Sin embargo, la decisión del Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, de considerar la eliminación de la LINTI, encendió las alarmas en el sector.
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«Es un error pensar que la LINTI es un gasto para el Estado. El sistema está completamente financiado por el sector privado, que no sólo cubre los costos de capacitación, sino que también aporta al financiamiento de las tareas de inspección y control de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV),» explicó Guarnieri. La eliminación de esta licencia, argumentó, no sólo pondría en riesgo la seguridad vial, sino que también podría desfinanciar un sistema que ha demostrado ser eficaz.
En el mismo sentido, Roberto Rivero, Director Ejecutivo de FADEEAC, destacó que la LINTI no es «la licencia de Moyano» como algunos sugieren, sino que se trata de una política de Estado que ha perdurado a lo largo de los años y que es financiada enteramente por los empresarios del transporte.
Roberto Rivero.
«Quienes piensan que eliminar la LINTI reducirá costos para el sector privado deberían saber que la capacitación que financian los empresarios representa sólo el 0,3% del salario promedio de un conductor de camiones,» puntualizó Rivero.
La formación continua que ofrece la LINTI no es un lujo, sino una necesidad. Los cursos, que se brindan desde las 87 Unidades Evaluadoras de la Fundación Profesional para el Transporte (FPT), incluyen formación teórica, prácticas en simuladores y evaluaciones psicosensométricas, herramienta fundamental para garantizar que los conductores estén preparados para manejar en condiciones diversas y desafiantes.
Los simuladores, diseñados con tecnología de vanguardia, permiten reproducir la operación de camiones en diferentes escenarios geográficos y condiciones climáticas, asegurando que los conductores adquieran las habilidades necesarias para operar con seguridad.
Guarnieri señaló que, a diferencia de lo que ofrece FPT, muchos de los lugares que ofrecen la capacitación no cuentan con la infraestructura ni con el nivel de Formadores que establece la normativa. “Ahí radica el problema ya que esa diferencia pone en riesgo la calidad y eficacia de la capacitación, comprometiendo la seguridad vial en su conjunto. Eso podría solucionarse con más control por parte de los organismos correspondientes”, dijo.
A pesar de los beneficios de la LINTI, la falta de actualización arancelaria por parte de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) pone en riesgo la continuidad del sistema de capacitación.
Según Guarnieri, la última actualización fue en abril de 2024, con un incremento del 66,79%, para el período abril2023-septiembre de 2023. Si el organismo hubiera cumplido con lo que establece la Resolución 48 (actualizar el valor de la hora cátedra en abril y octubre de cada año), la Agencia debería haber actualizado aumentos en octubre de 2023 (59,4%) y en abril de 2024 (135,9%). El retraso en el valor de la hora cátedra de los Formadores supera hoy el 128%.
«La conducta de la ANSV pone en riesgo la seguridad vial en su conjunto. La capacitación que financiamos no sólo sirve para profesionalizar a nuestro sector, sino que es un aporte crucial a la protección de todos los ciudadanos que circulan en las rutas,» añadió.
El riesgo de eliminar la LINTI no sólo afectaría a la Argentina, sino que también tendría implicaciones en la región.
La capacitación desarrollada por FADEEAC y FPT es un modelo de referencia que otros países, como Brasil, buscan replicar.
«Acabamos de firmar un convenio de cooperación con Brasil para implementar nuestro sistema allá, y estamos en conversaciones con Uruguay, Paraguay, Perú y Ecuador,» comentó Rivero. El sistema de capacitación argentino ha sido reconocido a nivel regional por sus altos estándares de calidad, lo que refuerza la importancia de su continuidad.
Nota completa publicada en Revista Énfasis edición septiembre 2024. Ingresá aqui.