Por: Pablo Adaniya (*)
El cambio climático y la necesidad de reducir costos se tradujo en los últimos años en una creciente preocupación por mejorar el desempeño energético, así como también por reemplazar la utilización de combustibles fósiles por energías renovables.
En este marco resulta esperanzador si lo pensamos en relación con la última investigación ISO Survey 2021 en la que el crecimiento de certificaciones ISO 50.001 ha sido del 80%, superando ampliamente la tasa global que rondó el 11%.
Si algo está claro es que la industria es un engranaje clave para el crecimiento de la economía local. No obstante, una mayor producción probablemente requiera un mayor consumo de energía. La norma ISO 50.001 o, lo que es lo mismo, su adopción local IRAM-ISO 5001/2018, busca mejorar los sistemas de gestión de energía para avanzar en parámetros de eficiencia, seguridad y consumo, con una reducción de gases de efecto invernadero y un mayor uso de recursos renovables.
Planificar es una forma inteligente de utilizar los recursos
La gestión del uso de la energía, el tiempo y los recursos en forma más eficiente, es uno de los desafíos en la agenda de los líderes. Maximizar la producción automatizando los procesos, con máquinas que sean capaces de comunicarse entre sí mediante un controlador central, ayuda a este fin.
Con el objetivo en mente de promover la eficiencia energética, el aire comprimido es uno de los recursos que más atención requiere, ya que se estima que el 90% de las industrias lo utilizan en sus procesos productivos. En este sentido, los sensores inalámbricos ofrecen información clave sobre la demanda de aire, la calidad necesaria y la presencia de fugas. Un dato no menor es que si todos los compresores funcionan con la máxima eficiencia, la demanda de energía y la huella de carbono podrían reducirse.
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Un sistema capaz de conocer los requisitos de producción, puede gestionar, adaptar y optimizar el rendimiento operativo para lograr la máxima eficiencia, incluso antes de que se produzca un problema o incidente grave para tomar decisiones a tiempo. Existen tres instancias que colaboran en optimizar el consumo de energía y sostenible a largo plazo:
1. Auditoría del consumo del aire consiste en analizar el consumo actual, maximizarlo cuando la producción fluctúa y sugerir oportunidades de mejora. Esta información permite obtener tendencias y calcular los ahorros de las mejoras propuestas.
2. Innovación / actualización tecnológica para optimizar la generación de aire comprimido. Esto se puede lograr a partir de la implementación de controladores centrales con algoritmos avanzados, cuya función es garantizar que todos los compresores sean utilizados de manera óptima. Al mismo tiempo, los recuperadores de energía son accesorios que permiten recuperar hasta el 70% del calor residual que disipa un compresor en forma de agua caliente para ser utilizada en diversos procesos.
3. Minería de datos para tomar decisiones en tiempo real. La Industria 4.0 y el Internet de las Cosas (IoT) se han combinado para generar dispositivos de comunicación que permiten monitorear en forma remota los equipos de compresión y tratamiento de aire. Estos dispositivos permiten monitorear una sala de compresores 24/7. A partir de los datos obtenidos es posible diagnosticar la performance de los equipos, coordinar con mayor antelación las necesidades de mantenimiento, detectar fallas en forma temprana y sugerir oportunidades de mejora.
En el futuro, el crecimiento tendrá que ser sostenible o no será, y eso obliga a repensar la manera de administrar los negocios, tanto por razones económicas -como el repliegue de los subsidios y el aumento en las tarifas- pero también medioambientales. Las empresas que inviertan en tecnología e innovación tendrán, desde el principio, una gran ventaja competitiva de cara al futuro. En este sentido, la posibilidad de implementar actualizaciones en materia de infraestructura y de impulsar alianzas público-privadas son dos factores que permitirán sentar los cimientos para un mañana mejor.
(*)Gerente General en Atlas Copco.