Por: Mag. Ing. Juan Pablo Cosentino. (*)
Resulta por momentos un cliché hablar de 4.0, 5G, IoT (internet de las cosas), AI (inteligencia artificial), aquello que incluso pierde valor por su abuso, error en su entendimiento y desestimación por no cubrir expectativas que en algún punto solo la creatividad de algún comunicador limitó.
Para aquellos que estamos en el ámbito de la tecnología, la ilusión de la sobre-expectativa que tan bien ha conceptualizado Gartner a través de sus “Hype Cycles», nos muestra que tendemos a darle a la tecnología un rol excesivamente preponderante a pesar de que la historia nos demuestra que: la tecnología va cambiando a lo largo del tiempo y que no todas las tecnologías prometedoras logran pasar por el valle de la desilusión hacia la meseta de la producción (ver figura- evolución típica de las tecnologías emergentes).
Esto nos da la pauta que saber hacer jueguitos con la pelota, no es sinónimo de ser un buen jugador de futbol; que si bien efectivamente alguien domine la pelota, no significa que pueda hacerlo con el propósito de hacer goles, lo que hace que sin duda haya un descalce entre la expectativa puesta en esa tecnología-técnica, su capacidad efectiva y la necesidad que venía a atender.
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Una de las razones que hacen que los procesos de transformación digital fallen, se debe a querer llevar el proceso de transformación, por la guía o el norte de la utilización de un conjunto de tecnologías que, aunque útiles, no necesariamente son las indicadas y no necesariamente NECESARIAS para el fin último. Siempre decimos que el QUERER y el NECESITAR, pocas veces convergen según lo interpreta el que provee o el que demanda y esto hace que las expectativas estén mal seteadas y las frustraciones lleguen rápidamente.
El lineamiento del uso de la tecnología es para perseguir una estrategia de negocio, y no al revés. Siempre que se comience al revés, fallará, no logrará los resultados equivocadamente esperados y generará una desmotivación para emprender proyectos complejos que usen tecnología (con el fin de apalancar la estrategia).
El gran problema de poner la tecnología como fin, es como el problema del carro y el caballo, aunque con una dimensión más, la prueba de la no existencia de un “cochero” preparado.
Alineando el road-map de implementación a la estrategia de negocio
El roadmap de implementación de tecnologías en industrias activas, debe estar claramente identificado conforme a las prioridades definidas, un análisis exhaustivo de nuestros procesos, de los sistemas de información, de los recursos y la cultura reinante y de cómo dicha tecnología convivirá en el “brownfield”, es decir, con lo ya existente. Lo que sería un roadmap de transformación digital.
Por “roadmap de transformación digital” entendemos, al conjunto de acciones (un grupo grande de acciones y para los próximos años) interrelacionadas entre sí que permitirán a una empresa evolucionar desde el punto en el que se encuentren hasta un nuevo estado deseado, en línea con los objetivos estratégicos de la empresa. Esto implica, entender el para qué de la transformación digital, osea, que beneficios podría traer, y generar una visión de en qué quiero transformar a mi empresa, entender dónde estamos parados en términos de capacidades digitales, y a partir de ahí plantear acciones.
Una vez que entendimos el para qué, el problema de ¿cuáles tecnologías? se vuelve relevante. IoT es a mi entender, una de las mejores síntesis de lo que el 4.0 implica, implica basarse en datos (captados por sensores), que serán analizados inteligentemente para generar un conocimiento que impacte en una acción o prescripción en pos de corregir si hace falta, aquello que los datos (evidencia) nos indican.
Hoy las Industrias están liderando la incorporación de tecnologías dentro de sus procesos de transformación, apalancándose en lo que efectivamente al negocio importa, disponibilidad, eficiencia, calidad, experiencia, etc. Es de la mano del control, análisis y recomendación en industrias con procesos estandarizados que se dará el crecimiento de IoT de manera acelerada.
Definimos industrias en sentido amplio a aquellos lugares donde haya una producción con procesos estandarizados de bienes o servicios, por ejemplo, fábricas tradicionales de bienes discretos como una planta automotriz, o de servicios como pueden ser hospitales.
Desde el área de IoT Telecom hoy nos estamos enfocando en Industrias estratégicas como Agricultura, Minería y Gas y Petróleo. Y dentro de estas Industrias los campos de aplicación con mayor potencialidad y foco son:
- Gestión de las Operaciones en Manufactura
- Gestión de campos/establecimientos en el Agro
- Mantenimiento Predictive en Manufactura
- Optimización de operaciones
- Energía Eléctrica, Agua y Gas
- Monitoreo de condición en mantenimiento y logística
- Trazabilidad de activos (personas, vehículos y cargas
- Redes dedicadas (públicas y privadas)
En tal sentido y en línea con notas anteriores del Centro de Industria 4.0 de la Universidad Austral en esta revista (Cadena de Suministros 4.0: Outlook en LATAM) la demanda continúa marcada en los ejes de la eficiencia y el crecimiento para industrias como se indica en el siguiente cuadro.
Se prevee que en los próximos 3 a 5 años, en LATAM, los pesos relativos de las inversiones en IoT se den con la siguiente dinámica (proporción):
(*) Miembro del Centro de I4.0 FIUA y Gerente de Desarrollo de Negocio IoT en Telecom.