Por: Ramón García (*)
En un mundo donde el cambio climático y la sostenibilidad dominan la agenda global, la logística verde ya no es solo una aspiración, sino una necesidad.
Las cadenas de suministro, tradicionalmente vistas como complejas y robustas, se encuentran ahora en el epicentro de una transformación que busca armonizar su operativa con la responsabilidad ambiental.
Pero, ¿cómo se logra esta sinergia en una actividad tan desafiante? La respuesta reside en la tecnología.
Hoy, más que nunca, las innovaciones tecnológicas se erigen como la piedra angular de una logística capaz de reducir su impacto ecológico mientras mantiene – y a menudo mejora – su rendimiento y rentabilidad.
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Eliminación de procesos ineficientes: la tecnología como catalizador
La eficiencia es el pilar central de la logística y también la principal motivación de la sostenibilidad. Hacer más con menos.
En un entorno donde cada kilómetro y cada recurso cuentan, la identificación y eliminación de procesos ineficientes se convierte en una prioridad. Aquí es donde la digitalización y la tecnología, particularmente la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data, juegan un papel transformador.
Estas herramientas permiten a las organizaciones sumergirse en un mar de datos, revelando patrones y tendencias ocultas que pueden estar minando la eficiencia operativa.
Por ejemplo, los sistemas de gestión de transporte (TMS) equipados con IA pueden analizar en tiempo real las rutas de entrega, identificando oportunidades para reducir distancias recorridas y optimizar el uso del combustible. Estas optimizaciones no solo disminuyen las emisiones de CO2, sino que también reducen costes operativos, demostrando que la sostenibilidad y la rentabilidad pueden caminar de la mano.
Además, el uso de algoritmos predictivos permite anticipar la demanda y ajustar las operaciones con precisión quirúrgica, eliminando excesos y evitando desperdicios innecesarios.
La eficiencia es sostenibilidad
En la era digital, la sostenibilidad no es solo cuestión de buenas intenciones, sino de ejecución precisa y bien informada. La digitalización de procesos, que en su forma más básica implica la reducción del uso de papel, tiene un impacto profundo en la eficiencia operativa. Pero va mucho más allá de simplemente reemplazar documentos físicos por archivos digitales.
La digitalización transforma la manera en que las cadenas de suministro recopilan, almacenan información y operan, proporcionando una base sólida sobre la cual construir una logística verdaderamente verde.
Sistemas avanzados de gestión documental (DMS) no solo facilitan el acceso rápido y seguro a la información, sino que también eliminan los errores humanos asociados con la gestión manual. Al digitalizar el flujo de trabajo, las empresas pueden reducir significativamente su huella de carbono, mientras agilizan procesos y mejoran la precisión operativa.
También la estandarización nos permite ganar eficiencia, por un lado, de procesos y operaciones, pero también la estandarización en el transporte y distribución de mercancías. Apoyarnos en estándares en este segmento asegura una trazabilidad completa en toda la cadena de suministro, garantizando que cada eslabón sea transparente, seguro y alineado con los objetivos de sostenibilidad.
Desde CEL (Centro Español de Logística) abogamos por el uso de Standtrack, una plataforma que promete un estándar para la transparencia en la logística, el homólogo de los códigos de barras aplicado a transporte de mercancías. Standtrack ofrece un registro inmutable de cada etapa en el recorrido permitiendo que todas las partes involucradas, desde proveedores hasta clientes, tengan acceso a la misma información, favoreciendo la interoperabilidad y la colaboración horizontal. Esta trazabilidad no solo refuerza la confianza entre los socios comerciales, sino que también facilita la auditoría de prácticas sostenibles, asegurando que cada etapa del proceso cumpla con los estándares más altos de responsabilidad ambiental.
Las 3C’s de la era digital
La sostenibilidad en la logística no es un esfuerzo aislado, sino un mecanismo que requiere de la participación activa de todos los actores de la cadena de suministro. Siempre teniendo en cuenta que lo que realmente genera impacto en el medioambiente es la suma del conjunto de cada una de las decisiones individuales. La estrategia de las 3C’s – compartir, colaborar y concienciar – se amplifica significativamente cuando se apoya en tecnologías avanzadas.
El intercambio de datos preciso y en tiempo real es esencial para optimizar las operaciones y minimizar el impacto ambiental, mientras que las plataformas digitales -como la mencionada antes- juegan un papel crucial en esta comunicación fluida.
Compartir información en tiempo real permite a las empresas alinear sus operaciones, optimizando el uso de recursos y reduciendo el desperdicio. Las plataformas colaborativas permiten que las empresas trabajen juntas de manera más efectiva, desde la planificación de rutas hasta la gestión de inventarios. Esta colaboración no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también crea un entorno donde la sostenibilidad es un objetivo compartido.
Concienciar a todos los actores sobre la importancia de la sostenibilidad en la cadena de suministro es otra tarea esencial facilitada por la tecnología. Las plataformas de comunicación digital permiten a las empresas difundir información sobre las mejores prácticas y los beneficios de la logística verde, no solo entre los operadores logísticos, sino también entre los consumidores finales.
Este enfoque asegura que la sostenibilidad se integre en cada nivel de la cadena de suministro, desde la producción hasta la entrega final.
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Proactividad normativa, más allá del cumplimiento
En la encrucijada entre la innovación y la regulación, la proactividad es clave.
La sostenibilidad no debería ser una reacción a la presión normativa, sino una estrategia proactiva que sitúe a las empresas en la vanguardia de la industria. Por ello, desde el Centro Español de Logística, abogamos por un enfoque donde las empresas anticipen y superen las expectativas regulatorias, no solo para cumplir con las normas, sino para liderar con el ejemplo.
Esta proactividad no solo mitiga el riesgo de sanciones, sino que también permite a las empresas beneficiarse de incentivos y subvenciones destinados a proyectos verdes, así como contar con un periodo de adaptación más adecuado. Al adoptar tecnologías que promuevan la sostenibilidad antes de que sea obligatorio, las empresas pueden aprovechar estos recursos financieros para acelerar el retorno sobre la inversión (ROI), transformando los desafíos en oportunidades de crecimiento.
Sostenibilidad y eficiencia: dos lados de la misma moneda
En la convergencia de sostenibilidad y eficiencia operativa encontramos la clave para el éxito a largo plazo en la logística. La tecnología no solo facilita la adopción de prácticas sostenibles, sino que también mejora su rentabilidad. Cada kilómetro optimizado, cada recurso conservado y cada proceso automatizado representan un avance hacia un futuro más sostenible y económicamente viable.
La planificación estratégica, fundamentada en tecnologías avanzadas, permite a las empresas prever y adaptarse a los desafíos operativos sin poner en riesgo sus compromisos ambientales. Herramientas de simulación y modelado proporcionan un marco para evaluar el impacto de diversas decisiones, asegurando que cada paso hacia la sostenibilidad esté alineado con los objetivos financieros.
Hacia un futuro sostenible y eficiente
La tecnología es la columna vertebral de la logística verde, permitiendo a las empresas no solo cumplir con sus obligaciones ambientales, sino también sobresalir en un mercado competitivo.
Al adoptar un enfoque proactivo, respaldado por herramientas digitales avanzadas, las empresas pueden liderar la transición hacia un futuro más sostenible, donde la eficiencia y la responsabilidad ambiental no son mutuamente excluyentes, sino elementos complementarios de una estrategia de negocio exitosa.
Desde el CEL, continuamos promoviendo la integración de tecnologías innovadoras en la logística, conscientes de que la sostenibilidad no es solo un objetivo ético, sino una necesidad estratégica en un mundo donde el éxito a largo plazo depende de la capacidad de adaptarse y liderar en la nueva economía verde.
(*)Director General del Centro Español de Logística (CEL) y Vicepresidente/Cluster Manager de CITET.