Por: José Mantilla (*)
Vivimos en un mundo que no deja de sorprendernos. Los cambios de impacto global son una constante y son generados por la propia naturaleza o por el hombre. Uno de los mayores impactos que hemos sufrido como humanidad en los últimos cien años es la pandemia del COVID, la cual detuvo al mundo con una serie de consecuencias fatales, económicas, políticas y sociales. Esta paralización trajo mucha reflexión y temor sobre el cuidado del medio ambiente y cambio climático.
Acciones desmedidas contra el uso de combustibles fósiles hicieron tomar una serie de medidas erróneas que incluyeron el cierre de refinerías de petróleo o modificación de su configuración para producir otros productos como biocombustibles, retraso o postergación de inversiones en exploración, producción y de mantenimiento en la infraestructura, restricciones de financiamiento para proyectos de hidrocarburos, entre otros.
Estas acciones trajeron como consecuencia que, ante la recuperación del mundo se reactive la demanda de combustibles fósiles, superando la demanda a la oferta, originando lógicamente el alza desmedida de los precios internacionales de los combustibles.
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Como si esto fuera poco, y luego de una evidente recuperación de la pandemia, el mundo se vio nuevamente impactado, ahora por una guerra entre Ucrania y Rusia, para muchos tan lejana, pero que la globalización o interconectividad genera alza de precios del petróleo y gas a nivel global, perjudicando sobre todo a las economías de los países importadores de estas energías.
Impacto de los precios de combustibles en el transporte
Los altos precios de los combustibles impactan directamente a uno de los principales sectores consumidores de petróleo y derivados, el transporte, generando a su vez inflación. Es decir, se incrementan los precios del ticket de servicio de transporte de pasajeros y de todo producto o mercancía que tiene que ser transportado para llegar a los mercados.
En Perú, para el caso del transporte terrestre de pasajeros y de mercancías a través de buses y camiones, el combustible más usado es el diesel, que con su drástica subida de precios origina incremento de costos de tarifas que tienen que ser trasladados a sus clientes. Sin embargo, no todos los clientes están dispuestos a aceptar nuevas tarifas a pesar de ser conocedores del alza de los componentes del costo. Es decir que, a la hora de elegir a su proveedor de transporte, terminan fijándose en la tarifa más barata, olvidándose de la calidad, del buen gobierno corporativo, certificaciones, del valor agregado que una empresa de transporte puede brindar, generando una perversa competencia entre transportistas.
Elaboración propia – periodo nov 2020 / marzo 2023 Tipo de cambio 3.8 soles por dólar americano
¿Qué hacer para ser más competitivo y afrontar el alza de precios?
Existen diversas acciones que ayudan a contrarrestar el alza de los combustibles. Pueden estar bajo control y estrategias del transportista o manejo de los gobiernos.
Lo primero que podemos mencionar son las acciones de los gobiernos, como el conocido instrumento denominado Fondo de Estabilización de Precios de Combustible (FEPC), utilizado por diversos países. Se trata de una herramienta efectiva pero para que funcione tiene que haber volatilidad de precios, es decir, que los precios suban y bajen según temporadas o estacionalidad para que se generen aportes y compensaciones, solo así funciona efectivamente.
Lamentablemente durante los años 2021 /2022 los precios internacionales solo mostraron tendencia al alza, convirtiendo a esta herramienta prácticamente en un subsidio, acumulando el gobierno millonarias deudas con los productores o importadores de combustibles.
Adicionalmente, también podemos mencionar decisiones como las que tomó Perú de devolver el ISC o impuesto selectivo al consumo del diesel a transportistas formales que cumplen con ciertas condiciones. Esto también afectó la recaudación tributaria de los países que lo aplican.
Nuevas tecnológicas en motores diésel
Es la inversión en nuevas tecnologías de camiones y buses que ofrecen eficiencia o significativos ahorros de combustible (diesel) de hasta 11%, lógicamente cumpliendo ciertas condiciones. Inversiones en esta nueva generación de vehículos terminan siendo rentables debido al alto costo de los combustibles. Es preciso indicar que estas nuevas tecnologías van acompañadas de normas de emisiones Euro 5, Euro 6 y próximamente Euro 7, que las hacen más amigables con el medio ambiente.
Logística de combustible y aseguramiento de la calidad y cantidad
Para aquellas empresas que operan su propio combustible, una adecuada gestión de operación de combustibles requiere de conocimiento, tiempo e inversión para estar seguro de que todo el recorrido del combustible goza de una óptima gestión respecto a la integridad de la calidad y cantidad. Solo así se generarán ahorros por un consumo eficiente del combustible adquirido.
La evaluación de toda la cadena de suministro puede ser realizada por profesionales y técnicos especialistas que ayudan a identificar en qué etapa se generan faltantes o contaminación del combustible (transporte, almacenamiento y despacho). Sorprendentemente se han detectado operaciones con pérdidas o mermas de combustible de hasta 2% que, por desconocimiento de los responsables de la operación, se pensaba que “así se comporta el combustible” manteniendo estos costos dentro de su presupuesto e impactando su competitividad. La revisión de procedimientos y el uso de materiales y equipos idóneos para el control del volumen es realmente crítico.
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Implementar programas de monitoreo de calidad del combustible es algo efectivo, que comprende el muestreo y análisis en cada una de las etapas de la cadena de abastecimiento de manera periódica, permitiendo identificar técnicamente el origen de la contaminación, que puede ser generada por malas condiciones del transporte, inadecuada operación de la descarga, tanques de almacenamiento contaminados con sedimentos, agua, microorganismos, etc., por falta de mantenimiento y limpieza interna, y un inadecuado sistema de filtración en la operación que permita retener humedad y partículas contaminantes en el combustible.
La solución y garantía de abastecimiento a los vehículos con un combustible limpio, libre de toda contaminación, en óptimas condiciones podría generar ahorros de 5% por una eficiente combustión y reducción de emisiones, es decir, una operación más amigable con el medio ambiente, cada día más sostenible.
Además, es importante también asegurarnos de las condiciones en que se encuentran los tanques de almacenamiento de los propios vehículos o equipos en general.
Nuevas flotas de camiones y buses a gas natural
Para el caso de Perú el gas natural es una bendición. Hay reservas para treinta años más, y para demanda local se goza de un precio controlado, es decir, no sufre del impacto de los precios internacionales. Además, el crecimiento de la demanda de gas natural vehicular ayuda a reducir las importaciones de petróleo y derivados, generando grandes ahorros como país, y también a lograr los objetivos de reducción de emisiones y gases efecto invernadero, debido a que es el combustible fósil más limpio que existe y considerado por excelencia el combustible de la transición energética.
Actualmente se cuenta con buses y camiones a gas natural comprimido (GNC), y el país se encuentra en plena construcción de estaciones para el servicio de gas natural licuado (GNL). Asimismo, están ingresando al mercado camiones que utilizarán este combustible que permite autonomías de hasta 1,500 kms, y mayor carga útil. Sin embargo, hay que evaluar las rutas o geografías en la cual podrán circular eficientemente estos vehículos.
Actualmente existen bonos y atractivos financiamientos a tasas preferenciales por parte de la empresa privada para alentar la compra de camiones y buses nuevos, con el fin de impulsar el mercado de vehículos dedicados a gas natural y hacer el transporte cada día más sostenible.
El consumo de gas natural puede generar un ahorro de hasta 50% del precio respecto al diesel según el momento, y siendo el combustible un componente del costo entre 30 – 35% dependiendo la ruta y configuración, permitiría la reducción de tarifas finales en aproximadamente 10 %, considerando todas las variables particulares con este tipo de vehículos.
(*)Especialista en gestión y marketing de hidrocarburos y eficiencia energética. Gerente General en consultora Energy Seven SAC. (Perú).
Nota completa publicada en Revista Énfasis edición julio 2023.
