Por : Viviana Rinaldi.
Nada menos que un 103,89 por ciento aumentaron los costos logísticos con el transporte incluido, entre diciembre pasado y junio último, de acuerdo con el más reciente registro disponible del Índice de Costos Logísticos Nacionales que elabora el Centro Tecnológico de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial (C3T) de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL).
La entidad gremial anticipó, además, un piso de 3,51 por ciento de ese indicador, para julio, al tener la certeza del impacto que tendrá el segundo tramo del incremento de paritarias correspondiente al Convenio Colectivo de Trabajo 40/89 acordado en junio, de 7 por ciento sobre los salarios de mayo, sumado a los incrementos en los combustibles y la seguridad de los edificios.
Todo ello, sin contar costos ocultos como las diferencias de valores de las unidades entre el precio oficial y el real, la dificultad de acceder a repuestos de origen importado, los valores de los neumáticos y el mantenimiento, que, por la dificultad de su medición, no se reflejan, pero también afectan los costos de la logística.
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El interrogante, como no podría ser de otra manera, es cómo hicieron los operadores logísticos para enfrentar esta escalada s alvaje. Por esa razón, Énfasis Logística consultó a referentes del sector para comprender los planes de operación y los resultados conseguidos.
¿Cuánto de los costos logísticos pudieron trasladar a las tarifas y que rentabilidad tuvieron que resignar?, se les preguntó. Si bien informó que todos los contratos con sus clientes tienen cláusulas de actualización por el índice de CEDOL, Javier Rojo, gerente de Operaciones de BK Logística, observó que “los plazos de actualización varían, y esto hace que, con meses de alta inflación como los que pasamos, se produzca un desfasaje temporal en algunos contratos, que impacte negativamente en la rentabilidad, hasta que la situación se vuelve a acomodar”.
Al respecto, continuó: “También hay que tener en cuenta que los índices de actualización son un promedio y que cada empresa tiene una composición de costos diferente y características particulares, que pueden hacer que el peso de algún componente impacte de una manera diferente, generando alguna pérdida. Por ejemplo, cuando se vence un contrato de alquiler, que es un componente importante en los costos, puede producirse una actualización puntual mayor a la que se refleja en los índices mensuales”.
Sin embargo, el ejecutivo advirtió que, espera la consolidación de la tendencia a la baja de la inflación mensual, “pasando de niveles imposibles hace unos meses a niveles más manejables, aunque todavía altos”. De esta manera, anhela operar con “niveles de inflación similares a los del resto de la región, y que estas irregularidades, que tanto daño nos hacen, se vayan normalizando”.
Gabriel Vinitzky, gerente general LOG-IN, por su parte, indicó que la inflación desencadenó encuentros permanentes con los clientes con el fin de ir acomodando la tarifa y evaluar posibles mejoras, con el propósito de lograr una operación más eficiente. “Nuestra actividad dispone de una rentabilidad muy acotada y, frente a incrementos de costos, se debe reaccionar rápidamente, con el fin de preservar la salud de la empresa”, puntualizó.
Según sus palabras, ello “contribuyó a resguardar la rentabilidad y bajo ningún concepto disminuir la calidad de servicio”. Y si bien observó que “las últimas semanas exponen una inflación más acotada”, también advirtió que “se registran bajas de volúmenes, por lo que la creatividad es una constante para ir acomodándose a los nuevos escenarios”. En otras palabras, entiende que, al menos en el corto plazo, sus clientes “continuarán cuidando rigurosamente los gastos y deberemos trabajar en seguir desarrollando soluciones eficientes para acompañar la realidad del mercado”.
Gabriel García Polignano, director de Operaciones de Celsur Logística y miembro de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), analizó, a su turno, que, si bien la situación es muy dispar, “en algunos rubros la recesión se notó más que en otros, y en esos rubros afectados resultó mucho más difícil el traslado a precios. En algunos casos fue necesario generar un descuento logístico, como en la construcción. El rubro petroquímico, por particularidades del negocio, en contraposición, no desaceleró su ritmo. Al contrario, logró crecer gracias a la disponibilidad de gas”.
En este escenario, el ejecutivo consideró que, “en el corto plazo, pareciera que la situación se va a agravar, debido a que es posible detectar otros rubros que desaceleran y eso va a dificultar el traslado a precios de los mayores costos, principalmente empujados por la mano de obra y el combustible”.
Planes de acción
Para Julio Rossetti, gerente de Logística de Yaguar, se trata, entonces, de un contexto muy desafiante y volátil que obliga a la creatividad en el desarrollo de soluciones para la cadena de abastecimiento, desde los proveedores hasta la llegada al cliente en la última milla.
Como ejemplo, detalló cuál fue el impacto sobre los aspectos operativos más importantes y qué medidas tomaron para mitigar esos efectos. “Consolidamos cargas, ajustamos las frecuencias en función de los volúmenes y optimizamos recorridos para mitigar el impacto del aumento de los costos del combustible. Por otro lado, ofrecemos programas de incentivos para mantener al personal motivado y comprometido y evitar que la inflación afecte su retención”, señaló.
“Usamos análisis de big data y pronósticos más precisos ayudados con inteligencia artificial para ajustar los niveles de inventario según las tendencias de demanda y mitigar el impacto de sus fluctuaciones en la planificación de inventarios. También optimizamos sus niveles, para reducir sus costos de financiación. Diversificamos proveedores, además, y desarrollamos negociaciones con contratos de largo plazo, para tratar de asegurar una cadena de suministro más robusta y flexible y precios más estables y previsibles”, continuó.
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Para finalizar, el ejecutivo aseguró que “adoptamos una planificación más ágil, con revisiones periódicas, para ajustar las estrategias según las condiciones económicas cambiantes, y priorizamos inversiones en tecnología que ofrezcan un retorno rápido y significativo en términos de eficiencia y reducción de costos”.
Como también confirma García Polignano, la clave es la misma de siempre en el rubro de los operadores logísticos: trabajar sobre la eficiencia de los recursos, para maximizarlos. De este modo, es posible “tratar de licuar algo de este impacto en el costo que es imposible de trasladar a precios”, según indica.
Para Rojo, este contexto “exige que redoblemos nuestros esfuerzos en buscar fuentes de valor agregado para nuestros clientes, que permitan absorber estos impactos negativos, sin generar una mala percepción del costo del servicio brindado, teniendo en cuenta que la inflación es una condición del entorno no deseada y perjudicial para todos”.
En el caso de Vinitzky, sostiene que la filosofía de su empresa consiste en seguir creciendo. “Por un lado, decidimos atacar nuevos mercados como los de salud animal. Por otro, apuntamos a seguir integrándonos en la cadena de abastecimiento de nuestros clientes, mediante el acondicionamiento secundario, que incluye operaciones de etiquetado, anulado de troqueles y cambios de prospectos, que nos permite sumar más volumen. También seguimos evolucionando en soluciones de servicio técnico de dispositivos médicos para simplificar la actividad de hospitales y sanatorios”, completó.
Nota completa publicada en Revista Énfasis edición agosto 2024. Ingresá aqui.